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domingo, 5 de mayo de 2013

Madre.

Un llanto, una caricia, una sonrisa, la primera caída, la primera palabra, las primeras carreras, los primeros dientes. Seguimos creciendo, volvemos a caer, nos levanta, nos quiere, nos ayuda, nos cuida, nos protege. Querría detener el tiempo para que no seamos mayores, para tenernos siempre en sus brazos y darnos besos y caricias sin tener que aguantar nuestras protestas, quejas, peleas y un largo etcétera de lo que solemos hacer habitualmente de mayores. Esa mujer que lo da todo sin tener nada, por ti. Si, por ti, tú que estás leyendo esto sabes a quien me refiero. A tu madre, mi madre, la de ella, la de él. Y dirás es única, sólo hay una. Madres hay muchas e incluso tú quizás algún día seas una. Esto es sólo un día pero ella no es madre sólo un día. Lo será siempre, incluso cuando no esté ella seguirá en tu recuerdo y lo más importante en tu corazón. Quiérela, se lo merece. Felicidades mamá!


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