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miércoles, 8 de mayo de 2013

Cartas a nadie.

De nuevo había recibido otra carta de alguien anónimo. Era una letra estilizada, cursiva y algo redonda, por lo que pudo intuir era una letra femenina. Todas las cartas decían más o menos lo mismo. Eran frases cortas a manera de declaración. Cada tres días recibía una carta nueva. Una vez le preguntó al cartero si sabía quien las enviaba pero éste le respondía que no había visto a nadie, ni tampoco ponía la procedencia. Sonó el telefonillo por tres veces pero no respondió nadie. Se asomó a la ventana, inquieta por saber quien había llamado con tanta insistencia. Había una mujer envuelta en un abrigo largo de color negro, un gorro de lana y una bufanda de color lila. Era invierno y había nevado. Sacó su cabeza por la ventana y la llamó pero empezó a aumentar el paso hasta doblar la esquina de la calle. La perdió de vista. ¿Y si fuera ella la que le enviaba cartas desde hacía un mes? Fuese quien fuese le hacía las tardes de invierno más cálidas. Bajó al rellano y miró su buzón. Le palpitaba el corazón cada vez más rápido. Había otra carta. El sobre era de su color preferido, rojo pasión y en su interior había una frase ''no han pasado tres días pero tenía necesidad de ti, a pesar de que eso significase que tuviera que arriesgarme a que me vieras''.


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