« Bienvenido/a a mi cajón desastre, cajón en el cual podrás adentrarte a lugares insospechables »

miércoles, 17 de julio de 2013

La Gioconda está triste.

La Gioconda está triste, ¿qué le pasa a la Gioconda? Todos decían que tenía una sonrisa extraña, como si estuviera empezando a sonreír o como si acabara de dejar de hacerlo. Pero estaba delante del cuadro más famoso de toda la historia y no me parecía que sonriera. La comisura de su boca era demasiado pequeña como para estar sonriendo y aunque acabara de hacerlo su mirada era triste. ¿Qué le pasaba? Tenía tantos admiradores delante de ella, de todos los países, todos haciendo fotos para inmortalizar que estuvieron delante del cuadro más comentado desde hace siglos. A su lado había dos guardias de seguridad que cansados por llevar horas de pie, saliendo en multitud de fotografías que nunca verían, aguantaban el tipo como podían. Estaban hartos de ver a esa mujer vestida de negro y tonos ocres, con una mirada profunda e inquietante. Nos mira, desde cualquier ángulo que nos coloquemos nos seguirá mirando. Cruzada de brazos como diciendo ''aquí estoy yo y ahí estás tú, siempre admirándome y preguntándote porque todos me admiran''. Y seguramente piensa que por qué quieren darle tantas vueltas a su figura, por qué buscar un halo de misterio a su imagen si quizás Leonardo Da Vinci sólo quería representar la ambigüedad, su autorretrato, el de su madre, el de una dama embarazada y multitud de hipótesis que se han dicho durante años. Todo este misterio se debe a que no se sabe por qué fue el único cuadro que tuvo en su estudio sin acabar durante años. Quizás se obsesionó él mismo con su mirada y esa especie de sonrisa que no se sabe bien si sonríe o no. Quería darle tanta perfección y ambigüedad que nunca pudo acabar de terminarlo. Es más, fue el cuadro quien pudo con él y lo agotó hasta tal punto que murió sin ver terminada su obra más envidiada. Podría haber dejado unos apuntes diciendo quien era la susodicha o mejor, si realmente estaba sonriendo o estaba triste. Pero eso al gran genio poco le importaba, quería inquietar al mundo después de su muerte y que fuese recordado no por lo que fue en su tiempo sino por los enigmas que creó cuando dio su último suspiro. La Gioconda está triste, ¿qué le pasa a la Gioconda? Quizás la deshumanización del arte, el macroconsumismo y merchandising de su propia figura la ha vuelto cada vez más melancólica. En su propia casa venden objetos kistch con su rostro inquietante. Y aún nos preguntamos ¿qué le pasa a la Gioconda?




No hay comentarios:

Publicar un comentario