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miércoles, 6 de agosto de 2014

Te odio.

Te odio como nunca creí que podía odiar. Te odio como hace mucho que no odiaba a nadie. Deseo que sufras todo lo que haces sufrir al resto del mundo. No debiste nacer. Por gente como tú debería existir el aborto libre. ¿No te basta con estar muerta en vida? Que aún así necesitas joder a los que lo dieron todo por ti. Dime si después de mi hubo alguien más que te quisiera o que te hiciera feliz. La respuesta es un no rotundo. Tú nunca podrás ser feliz porque solo disfrutas dañando y viendo el mal ajeno. Y si ves contenta a esa persona haces todo lo posible por hundirla y verla retorcerse en la mierda como tú. Vives en la mierda y en ella te vas a podrir. Ni tus padres hacen vida de ti. Todos te odian, toda tu familia. Nunca has tenido amigos porque has ido sembrando a tus propios enemigos. Eres tú quien tiene un problema con el mundo. Llora, porque eso es lo único que sabes hacer cuando se te dice la verdad a la cara. Te haces la víctima y encima tienes la cara dura de considerarte un ser de luz. Y para colmo crees en Dios. Si Dios existiera la gente como tú no nacería. Ni se le pasaría por la cabeza crear a un engendro como tú. Eres un ser oscuro, lleno de maldad, que habita en las tinieblas. No siento nada por ti. Eres lo peor de la existencia. No queda ni una pizca de sentimiento hacia ti. Solo el de repulsión y asco. Me das asco en serio. ¿Cómo puedes levantarte cada día y mirarte al espejo? ¿No se rompe al ver tanta maldad reflejada? Todo tu corazón está cargado de rencor e ira. Eres una persona obsesiva. Llevas años obsesionada con la gente de tu pasado. Asimila que ya no existimos en tu mundo. Asimila que me perdiste hace 8 años. Déjame en paz. Elimíname de tu mente como yo hice. No me busques porque nunca me vas a encontrar. Deja de llamarme con números privados. Deja de dar mi número a personas que ni conozco. Deja de intentar robar mis contraseñas para leer todo lo que escribo. Déjame vivir. Haz como que nunca me conociste, como que nunca existí para ti. Eso es lo que yo hago o intento hacer cada vez que me recuerdas que sigues acechando desde la oscuridad. Tengo la certeza de que algún día estarás encerrada en un psiquiátrico pero afortunadamente yo no estaré aquí para presenciarlo. Estaré viviendo la vida que me robaste durante años.



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