Una vez escuché que la esperanza es lo
último que se pierde y es la frase que más utilizo cuando veo a
alguien derrumbado. No hay que tirar la toalla nunca, aunque todo
vaya mal y creas que no puede ir aún peor. Nunca te rindas, si te
rindes es porque te da igual vencer o no los obstáculos, si no
quieres vencerlos es porque ya desististe y si desististe es porque
ya no te queda corazón. Y esto último es lo que tanto ansiaba el
hombre de hojalata en el Maravilloso mundo de Oz. Un apuesto
hombrecillo leñador, enamorado de una munckin, fue perdiendo poco a
poco sus miembros debido a un hechizo de la bruja mala del Este. Cada
vez que talaba alguna rama se le escapaba el hacha y le partía uno
de sus miembros. Un hojalatero amigo suyo le reconstruía los mismos
en hojalata y así fue como poco a poco el apuesto leñador se fue
convirtiendo en hombre de hojalata. No era hierro ni acero, era lata
oxidable. Lloraba y lloraba cada noche por la pérdida de su amada y
por ser ahora un montón de hojalata. Creía que no la volvería a
recuperar, ni tampoco que recuperaría su cuerpo pero mantenía la
esperanza de que el gran mago de Oz le pudiera dar un corazón para
volver a amar. ''Cuando era hombre me sentía la persona más feliz
del mundo porque tenía corazón'' y ''el cerebro no le hace a uno
feliz y la felicidad es la cosa más importante del mundo'' son dos
frases que no olvidaré de este hombrecillo. Él nunca perdió la
esperanza de volver a amar y tener de nuevo un corazón pero lo que
no sabía era que entre tanta hojalata si que había un corazón,
algo inmaterial que no estaba presente pero sí que podían sentir
los demás que estaban a su alrededor. La seguía amando, seguía
recordando aquellos sentimientos. Y tú que lees esto, que tienes
corazón y no eres de hojalata, ¿sigues creyendo en la esperanza? ¿O
crees que la perdiste pero te pasa como al hombre de hojalata, que no
se percata de que aún conserva un ápice de esa esperanza?
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