El mundo no se acabó porque ni los griegos ni los romanos lo dijeron. Porque los mayas nunca entran en el examen (este año si) y por lo tanto no cuentan para la nota final. El mundo nos e acabó porque de las tres parcas una está de baja, la otra de rebaja y la siguiente de resaca. Y mientras el mundo se acaba o no se acaba Goya aún está pensando en su Duquesa de Alba. En ese proceso, entre lo real y lo sublime, aparece Becquer con su retrato haciéndole la competencia a la Gioconda. Su retrato tiene un ''non se che'', que con esa perilla y esa bigotillo, que Martín al cuadrado quiso imitar pero no le salió bien el escorzo, le dan un aire a lo divino. Y entre tanta aureola, Dalí levanta cabeza y le pregunta a la Gioconda: ¿por qué no llevas un nimbo si se supone que estás embarazada? Y la Gioconda le dice: ¿por qué no te callas? Y en esa disputa aparece Gaudí y dice ''ole colores, viva Triana y la Pastora pero de Cantillana''. Que los Sabios Magos os traigan oro, incienso y mirra. Y si Tito Livio pone prohibiciones lo mandamos a dar una vueltecita en la barca de Caronte.
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