León, un profesor de instituto y con un humor bastante
crítico, es el tipo de persona que se encuentra en cualquier lío sin comerlo ni
beberlo. Disfrutando de su soltería se ve envuelto en el jocoso contrabando de
drogas de diseño. Y digo jocoso porque están camufladas en un ambiente de
peleas caninas. El nombre de cada can es tan histórico que Espartaco puede
luchar con Nerón en pleno contexto del s.XXI. Y para colmo nuestro León pierde la
poca cordura que le queda en el descubrimiento de una secta pitagórica liderada
por un Drag Queen.
No me he cansado de anotar frases satíricas y que me han
sacado unas risas con cada paso de sus páginas. Muy recomendable para dejar de
lado las penas y dejarte seducir por la parafernalia del mundo que nos rodea.
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