Nos crearon para una sociedad perfecta. Desde que nacemos
nos hicieron creer que lo normal era que nos gustase un niño en la guardería.
Nuestras madres ya hablaban entre ellas haciendo planes futuros entre su hijo y
tú. Nos criaron en un ambiente donde estaba prohibido hablar con desconocidos.
Ahora si no le respondes a un desconocido eres una maleducada o mejor dicho,
una antisocial. En el instituto nos hicieron ver que las carreras de ciencia
eran las mejores para un futuro digno. Y si dices el nombre de una carrera
‘’extraña’’ o de poco renombre te dicen la típica frase: ¿eso tiene salida?
Señor/ señora tiene la misma salida que un ingeniero o un informático en paro.
Nos hicieron ver que debemos rodearnos de mucha gente porque lo normal es tener
amigos y más si eres joven. Nos hicieron
ver que más vale una mentira piadosa que una verdad rotunda. Nos hicieron ver
que hay que ser el líder de la manada para coger al toro por los cuernos. Y si
os digo que ¿no hace falta todo eso para tener el mundo a nuestros pies? Porque
lo que no nos hicieron ver fue la satisfacción propia que produce cuando somos
nosotros mismos sin las ataduras de la sociedad que nos rodea.
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