-Coge el espejo.
-¿Para qué?
-Hazlo.
-Ya está.
-¿Qué ves?
-Veo el reflejo de una persona que ha sufrido demasiado, que
le da miedo avanzar por el que dirán, veo muchos complejos internos, falta de
autoestima, autoritaria consigo misma, veo tantas imperfecciones que no se por
cual empezar.
-Lo estás haciendo mal. Eres la perfecta imperfección que
jamás se haya podido crear. Coge el espejo cada día y mírate en él con los ojos
con los que te veo yo. Entonces te darás cuenta de que rozas la perfección pero
sin llegar a igualarla porque estás viendo sólo tu reflejo. La perfección es tu
propia realidad reflejada en este espejo.
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