Esa es la cuestión. ¿Ser del PP o ser
del PSOE? ¿Acaso no hay más partidos a los cuales votar y elegir?
En la prensa, televisión y cualquier tipo de medio de comunicación
sólo nos hablan de la misma basura fosilizada año tras año. Y nos
bombardean de propaganda política cada vez que se acercan las
elecciones, como si no tuviéramos bastante con los mitings que hacen
por los pueblos y las capitales, sobre todo de Andalucía, que es
donde más incultura social hay. Y soy andaluza y por eso mismo me
fastidia que el señor Arenas o el señor Griñán, por calificarlos
de algún modo, aprovechen sus visitas a pequeñas aldeas para
ganarse a la población rural que siempre ha votado al PSOE o en su
defecto eran partidarios del Caudillo en sus tiempos mozos por miedo
a la rebelión. Y cuando cumples la mayoría de edad una de las
primeras cartas que te vienen a modo de felicitación es la que te
dice que ya puedes votar. Enhorabuena, ahora eres una más de esas
personitas que sin ''ánimo de lucro'' tienen que decidir quien
gobierna en su país, porque claro somos tan depravados que no
seríamos capaces de vivir en una anarquía totalitaria a gusto de
todos. Y llega el famoso día de las elecciones, no te apetece ni
mirarte al espejo y tienes que vestirte simplemente para echar un
voto o como hace la mayoría, un papel en blanco. Ya te has duchado,
te has vestido e intentas salir a la calle sin que se note tu
malhumor por perder una mañana en tan fatídico momento. Te acercas
al ayuntamiento de tu municipio y lo primero que te encuentras es al
cuerpo menos policial y nacional de todos los tiempos. Te miran con
cara extraña, porque ellos saben que no vas a votar, que vas a echar
un simple papel en blanco o si son astutos podrían pensar que vas a
votar a los Verdes (Lucy Lawless= Greenpeace= paz y amor y el plus
pal salón) y te dicen ''buenos días'' con un tono ronco como si
llevaran horas sin hablar con ningún ser humano. A pesar de eso
sigues adelante y ya dentro te encuentras a la mesa del PP
(obviamente en la zona derecha) y a la mesa del PSOE (en el bando
contrario) y ellos también te miran raro. Eres una joven con pintas
informales y saben que vas a votar en blanco y dan por hecho que si
votaras no lo harías a sus partidos. Ya dentro de esa especie de
cabina, donde sólo estás a salvo de las miradas por una cortina
(así de cutre es en Amphipolis), ves una gran cantidad de partidos
que nunca antes habías oído mencionar y tu mente se colapsa y no
sabe que hacer. Pero tu corazón es más fuerte y ves el papel que
tanto deseabas coger, el blanco, sin nada escrito, un papel
completamente neutro, tan neutro como tu vida. Lo metes en el sobre
felizmente y después de esperar a que encuentren tu nombre en la
lista de habitantes, nombre que siempre pronunciarán mal si es
compuesto (al menos en mi caso), por fin respiras aire puro y sales
de ese lugar infernal que te ha echo vestirte y levantarte temprano
para dar un voto nulo más. Mira que son masocas, eh?
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