Polvo somos y en polvo nos convertiremos. Estas fueron las
últimas palabras que escuché. Y se hizo lo ‘’gris’’ porque gris son las cenizas
y gris estaba el cielo cuando morí. Gris era mi alma y azules eran los astros a
lo lejos. El mundo ya no tenía aquellos colores vivos que había visto desde
tantos años atrás. Mi cuerpo ya no era cuerpo, era una sombra gris, una nube de
cenizas que volaba y volaba. Me habían lanzado desde la proa de un barco, como
yo misma pedí que hicieran. Y ahora que soy polvo gris o cenizas, como quieras
llamarlo, me pregunto: ¿a dónde voy a ir? Estoy dispersa entre la espuma blanca
del mar y los delfines que asoman sus aletas, y entre el cielo estrellado.
Dispersa entre el remoto mar de recuerdos o memoria, como vosotros decís, de
los que un día lo significaron todo para este alma gris. Polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Estos fueron mis penúltimos pensamientos porque finalmente se hizo lo gris!